La vida puede cambiar en un instante.
Para esta familia de Clarksville, Tennessee, eso sucedió en forma de una tormenta repentina.
Sidney Moore y su pareja, Aramys Youngblood, estaban pasando tiempo en su casa móvil con sus dos hijos cuando el sonido del viento llamó su atención.
Estaban lejos de saber que en pocos instantes su hijo sería llevado por un tornado que destruiría muchas casas en Tennessee.
Inicialmente, el viento parecía normal. De repente, vientos intensos arrancaron las paredes de su casa móvil. Sidney y Aramys apenas tuvieron tiempo de reaccionar.
La madre, que estaba al lado del pequeño Princeton de un año, lo protegió inmediatamente con su cuerpo. Mientras tanto, su hijo de 4 meses, Lord, dormía en una cuna.
En el momento en que Aramys la alcanzó, ambos fueron elevados en el aire y separados. El hombro de Aramys se dislocó. Una vez recuperado, pasó diez minutos buscando a Lord entre los escombros.
No hubo ninguna advertencia», recuerda Sidney.
Milagrosamente, Aramys vio al pequeño Lord en un árbol volteado, a unos quince metros de donde solía estar su casa.
Tenía una herida en el rostro, pero por lo demás, Lord parecía estar ileso. La madre y Princeton también estaban bien, pero en ese momento, pensó que la tragedia ya había ocurrido con su otro hijo.
No hubo ninguna advertencia», recuerda Sidney.
Milagrosamente, Aramys vio al pequeño Lord en un árbol volteado, a unos quince metros de donde solía estar su casa.
Tenía una herida en el rostro, pero por lo demás, Lord parecía estar ileso. La madre y Princeton también estaban bien, pero en ese momento, pensó que la tragedia ya había ocurrido con su otro hijo.
