Cuando nació la hija de Amy y Stephen Smith, Poppy, inmediatamente se dieron cuenta de que tenía problemas de salud.
Al nacer prematuramente, los médicos determinaron que sufría el síndrome de Moebius, una rara enfermedad que paraliza los músculos faciales y afecta el habla.
La niña comenzó a recibir atención completa, donde gradualmente mejoró. A pesar de la enfermedad, los padres deseaban una infancia saludable para su hija.
Los padres se alegraron cuando la niña comenzó a caminar a los 15 meses. Sin embargo, debido a la enfermedad, continuaba teniendo problemas para hablar y no podía reír.
Todo iba bien por un tiempo, pero cuando cumplió dos años, ocurrió algo terrible. Poppy se puso enferma y su madre la llevó de inmediato a un centro médico.
Los médicos temían que no lo lograra a medida que empeoraba su estado de salud. La familia pasó la Navidad en el centro médico, pensando que podría ser la última Navidad de su hija.
Junto a su hermana menor, estaban sus tres hermanitos, incluyendo a Macy, de 12 años.
Cuando Macy sopló aire en el ombligo de Poppy para entretenerla (como los padres suelen hacer para hacer reír a los más pequeños), Poppy rió por primera vez en su vida.
El padre, Stephen, le dijo al Mirror: «Macy sopló aire en su ombligo, y de repente, Poppy comenzó a reír; no podíamos creer lo que estábamos viendo».
El estado de Poppy mejoró pronto. Después de algunas semanas, pudo gatear y hablar mucho más que antes de la lesión cerebral.
Nada menos que un milagro sucedió. Poppy nunca dejó de luchar, desde el momento de su nacimiento, y ahora creemos que volverá a empezar a hablar.
¡Qué historia tan maravillosa! Poppy es una niña valiente. Y le deseamos lo mejor en salud y fortaleza a medida que crece. Creemos que es posible, especialmente con una familia tan amorosa a su lado.
